LOS DESCARTES
Teatro de Cuentos
Acto 31
Pienso, pienso y nada.
Pienso y nada.
Nada.
Cuando era yo un niño imbécil, parado en esa calle de tierra, supo acercarse hasta mi sombra un viejo zarrapastroso para preguntar “¿A dónde vas a ir?”
Yo me quedé quieto, pensando. Todo ese día me quedé pensando “a dónde voy a ir”. Y seguí pensando hasta que, ya viejo, me acerqué al niño imbécil para preguntar.
http://lafabularia.blogspot.com/2010/06/introito-para-los-que-vienen-desde.html