Cronista:
Raulo de la Luna
La verdad, es que no entiendo, qué mierda ha pasado, porque yo pagué, y me rompí el traste para llegar a Sudáfrica, para cubrir los sucesos en torno del Mundial de fútbol, para Quién levanta el muerto, y ni bien llego al aeropuerto, me dicen, NO, usted no entra. En realidad, me dijeron. NOT, NOT INGRESING, o algo así. ¿Y qué hice yo? Simplemente bajar con una bandera agarrada de un mástil que parecía una lanza, al grito de Vamos, Vamos, Argentina. Después, en frío, me pregunto si esta gente que custodia el ingreso, o ingresing, a Sudáfrica, aplican el: dime con quién andas y te diré quién eres. Porque lo único que puede haber generado alguna controversia, a la luz de los hechos, es que yo viajé con las barras bravas, y apenas un grandote de la custodia dijo NOT INGRESING, uno disfrazado de diablo, con capa y escudito de independiente, empezó a gritar y a volcar en el uniforme del tipo un tintillo que salía a borbotones del tetra break que venía catando en el vuelo, y gritaba: estos negros de mierda no saben nada de fulbo, arman un mundial y no saben de nuestra cultura, nosotro, así sin "eses" que pusieran palos en la rueda idiomática, nosotro, gritaba, somo del paravalancha, qué saben ustede negro. Entonces, me acerco al sector del incidente y le digo al custodio: Mí, yurnalist, y le muestro la credencial que me imprimieron los muchachos de "Quién levanta el muerto". El tipo me llama aparte y llama a una mina que hace traducción, y le explico que soy corresonsal de QLM, y ella le dice algo así como: This guy is a member of QLM, group terrorist. Viene otro custodio y me agarra del brazo, muy educadamente, y me lleva a una habitación vidriada, desde donde se veían aviones que despegaban hacia Sudamérica. En eso, con la ñata contra el vidrio, lo veo al Pillín, le hago una seña, como preguntando qué pasa,che, dame una mano. Y él levanta su brazo y con un dedo me hace faquiú. Lo cierto es que cuando vino otro custodio, me llevaban a la pista de aterrizaje mientras me revisaban la mochila y se quedaban con la camiseta de Messi que compré en la calle San Luis, cuarenta y ocho mangos me salió, se quedaron con el reproductor de mp3 que me gané en la rifa de la vecinal, y miraban la credencial de QLM y se cagaban de risa. Después no sé qué le dijeron a la azafata, y me subieron casi de prepo al avión, mientras yo les repetía en inglés: no me rajen, soy el Raulo. Fue todo tan rápido que de tanto protestar, de repente me ví cebándole mate al piloto, que se parecía a Arnaldo André y me decía: ¿viste cuántos boludos están deportando? ¿Qué te pasó, tenías el pasaporte vencido?