
Como regalo del dia del niño mis padres cambiaron el pasaje a Disney por uno a WoodStock por el solo hecho de ser Hippies. Corria el año 1969 y en pocos dias mas cumpliria nueve años. Arreglaron con el Capitan de la Fragata Los Tres Patitos para que se hiciera el boludo y yo viajara como polizòn. Zarpamos el dos de agosto desde el frigorifico Swift de Villa Gobernador Galvez. Solo llevaba una muda de ropa, un libro, un lapiz, algo de comida y el ticket para los tres dias del festival de rock. Se hacia interminable viajar en la bodega de aquella barcaza gigante que transportaba soja hacia los Estados Unidos. Mi rutina era leer Mi amigo Gregorio, jugar a las escondidas y hacer carambolas con las legumbres. Finalmente, el catorce de agosto llegamos a New York. Pasaron casi dos semanas sin bañarme pero nadie se habia percatado de ello, es mas creo que la mayoria habian viajado igual que yo. Apenas pise tierra firme una adolescente de 15 y tantos años me agarra las manos y las coloca sobre sus redondas y aletargadas tetas. Ahi comprendi el objetivo de mis padres. Ella me llevo hasta la localidad rural donde se realizaria el concierto con la condicion que no sacara mis manecitas de ahi. Fueron noventa kilometros y me presento al arrendatario del festival, Max Yoghurt, su padre. El idioma era una barrera entre los dos pero la comunicacion pasaba entre ademanes, guiños y mimesis. Max Yoghurt, productor de leche me convido del tambo de su hija Rachel HaberMas, que insistia en tener mis huellas digitales en sus glandulas. Llegando al predio veìa que no eramos los unicos que estabamos en esa postura, tambien habian algunos en posicion misionero, otros perrito y la mayoria enfrentados por las piernas. Fue alli, que Rachel HaberMas me despegò e introdujo una pastilla simil a un caramelo media hora debajo de mi lengua. Alli comprendi el significado de que WoodStock tiene la sal. De repente, repetia el estribillo: "si no puedes estar con quien quieres, quiere aquel con quien estas" junto al cuarteto Crosby, Stills, Nash & Young desde el escenario. Me encontraba totalmente despojado literal mente y el cuarteto no me sacaba la mirada de encima. HaberMas no estaba por ningun lado y encima se preparaba, entre bambalinas, un negro con la cabellera mota, vincha y bigotes como moncholo recien pescado. Su falo en forma de guitarra no dejaba de apuntarme y jugueteaba con una cajita de fosforos. Un plomo me introdujo otro caramelo pero con forma de palito de la selva. Dos minutos despues me converti en un soldado en Vietnam miestras Hendrix versionaba al himno nacional americano. Las doscientas mil personas se transformaron en vietnamitas salivandome y excretando todo tipo de emanaciones del aparato digestivo y lo que tuvieran a mano. Fue el momento que comenzo a llover y me rescato Rachel HaberMas con una pancarta que decia:
MAKE LOVE NOT WAR.
RANTES