"lAs CaLuMnIaS dE pUtA cIuDaD pErTeNeCeN aL pUeBlO"


jueves, 10 de marzo de 2011

Nos fuimos poniendo Tecnos

¿Que tan feliz se puede ser jugando a la TK 85 en el verano? La casa era en pleno centro, pasillo largo de 15 metros al fondo. Te recibian un gomero, una pecera vacia, una abuela jorobada y la dueña de casa. El paisaje era mas bien amazonico, con loros y canarios y mucho olor a alpiste. Cuando entrabas a la habitacion donde estaba el bendito monitor 14 pulgadas el piso de pinotea se hundia y era como un vaiven de un bals acompañado de una Bols. Alli estaba ella, con los digitos marcados por la manipulacion violenta de pibes de 13 en el 85. Era un teclado chato Czerweny y que para iniciar el juego tenias que cargarlo con un load"" y dar play al grabador que tenia el cassette que enviaba la señal al Inelro. Todo un hallazgo para una familia clase media baja con sueldo de costurera y pension de padre suicidado. Encima el sonido de la cinta era de pito Nimo asociado al olor que largaban las paredes que parecian un perfume de las calles medievales. Los graficos del programa de juegos eran rudimentarios: figuras rectangulares, cuadrados y puntos blancos diseminados en un espacio que nos hacia pensar seriamente si el futuro habia llegado. Mientras entraba el juego la abuela de Petaca  hacia sonar la Singer a pedal como si fuera una maquina de coser sueños. De la joroba prominente le salian grandes crateres oscuros y le florecian pelos canos. Miraba con sus ojos de papel glace por encima de sus anteojos y cada tanto esputaba al piso el hilo que le sobraba de la costura. Las facciones delataban que en sus años mozos habria conquistado a cualquier galan. Solo paraba del tic pedal/juanete cuando escuchaba de la otra pieza la voz carrasposa de su hija que le decia: Olgui...esta por empezar...Enseguida la voz del conductor que hacia cantar a quien se animara y un lustro despues a casarse por tele. Solo ahi paraba el factotum textil, pero tambien para salir a comprarles cigarros a su hija, hacer las compras, cocinar, ordenar la cama, darle el alpiste a los pajarracos, y darle una varilla de pan con leche a su nieto. A mi me tocaba en dicha muy pocas veces esa vianda de favores. Era epoca de Raul Ricardo, la hiper venia comiendo los bolsillos como polilla bulimica. Demasiado que apedreabamos el tiempo jugando a la TK 85, tener una Commodore con joystick era como estar en el Cabaret Do Brasil con dos alternadoras por fin de semana. Los dedos nos quedaban entumecidos solo comparable al Ring Raje desde Sargento Cabral a Corrientes y Salta. Pero eramos pibes que solo teniamos esas desviaciones: de ir a tocar culos y mirar entre las cortinas de LA FAvorita a cruzar el tunelmania munidos de palos y linternas. Y a la noche escuchar al pelado Reinoso con i latina hasta que nos quedabamos en silencio pensando que carajo hacia ese hombre para captar tanta audiencia. Para que nosotros los escuchemos, para que nosotros volvieramos siempre a la casa de Petaca.