"lAs CaLuMnIaS dE pUtA cIuDaD pErTeNeCeN aL pUeBlO"


lunes, 22 de marzo de 2010

Sobre "Las extranias" de María García




¿Cómo crece una historia?, por ejemplo ésta, la de Salvajía, Abacaxi y Pornita. ¿Qué nos depara un encuentro de tres desconocidas y tres lenguas (castellano, portugués, inglés) en la triple frontera (de los géneros, las artes y las costumbres)? Una porteña que huye de un díler –en el mejor de los casos, del que lleva adentro-, una brasileña cargada sáficamente de ñoñerías erotizantes y una mendocina sedienta de una cairológica vida nueva. Pero ¿cómo se superponen on the road estos destinos para que, después, en retrospectiva, digamos resoplando: “¡ah!, ese es el camino que siguió esta historia”?En Las extranias de María García, esa exclamación hipotética no está al final, sino en el medio, porque la historia, que empieza película tarantinesca en clave mercosur, de súbito rasga el fluir de esos diálogos cuentacuentos y propone – desesperada voz ¿autoral? mediante- que cada lector, del lado de acá del espejo donde estas tres minas se maquillaron personajes, haga proliferar algún the end en masa, y otro y otro... Hay entonces que volar entre las enésimas posibilidades de esta historia cuyo clímax late en el cuerpo que la asume (o sea, en el aeropuerto de Asunción): a partir de las hablas, los deseos, los secretos, las indirectas y las bardeadas de estas viajeras. E incluso a partir de sus poemas y, sobre todo, sus planes A, B, C, X, Y y… Ñ. Porque esta nouvelle de María García es justamente el plan Ñ (cero alusión al suplemento de Clarín, válgame dios) para la ñueva ñarrativa en lengua espaniola. Así, en medio del tráfico de una droga que los antiguos llamaban imaginativa, se abanican las perspectivas espirales de las hablas sudamericanas… hacia el encuentro audiovisual (hacete la película, pero ponele olores, sabores y… tacto juguetón, mmm) de un extranieza tan, tan familiar como el estado de peligro permanente en que interactúan, abarratoda de eros omnímodo, toda chica de hoy -¡ah!- en fuga desesperada.



GASTÓN ORTIZ BANDES

7 de marzo de 2010