
Corria el año 1963 y en la Maternidad Martin se escuchaba un desafinado grito. Sin dudas, habia nacido Rodolfo Paez con cierta distorsion en las cuerdas vocales. Le costo mucho superar ese trauma hasta que asistio a la fonoaudiologa la Licenciada Julia Baritona que le obligo a realizar gargaras de lengua a la vinagreta durante toda su adolescencia. A pesar de eso, Fito repetia y repetia. El 3ª año lo realizo 10 veces, pero el confeso que se habia enomorado de su profesora de canto, Maria SOL DOFAREMI, mas conocida como Nina, quien lo escuchaba a Fito con empatia. El enamoramiento precoz lo llevo a dedicarle una zamba cuyo titulo era: NINA LA MINA LATINA QUE NO DESAFINA. Tal fue el encanto de Nina que le devolvio con otra cancion: FITO EL MACHO ARGENTO QUE AFINA CON UN TACHO. La peor noticia que pudo recibir Fito fue el suicidio de Nina, despues de la fatidica noticia Fito volvio a desafinar.