
Soné [...]
Cada instante tuyo me es robado.
Tu carne de memoria me vivía,
Anonadando orgasmos de agonía,
Con tu sexo y su furor helado.
Limbos de libido en que bebía
De tu vida adivinada, atado
Al animal divino, enamorado
De la maravilla que en tu piel había.
Un río entre tus piernas y mis penas
Se nada de tu nada y de la mía.
Y cuento con la lengua que lamía,
Aunque me apene y ria por las venas,
Las bocas de tu gruta - y como enemas
Los dioses de mis dedos -. Te tenía…
Layla Etchepocar