- Part 1 -
por María y Luciana García

El día 26 del 6 del 2001 me levanté al filósofo callejero más famoso de mi ciudad, un mito viviente: Lisandro Cuzuchoglu. Un personaje patético pero magnetista, encantador y genioso, geniódeo, que se decía de vez en cuando, y venía a ser, la encarnación local, aborigen, de Diógenes el Cínico.
Era un bagallo, aunque, es probable, que basara su prédica, y su mítica, mostrar lo que otros prefieren mantener bajo atmósfera de fluctuancias de significados, en la humareda de la ambivalencia o la ambigüedad de la cultura, bajo los calzoncillos quiero referir, en un mero usufructo de un ¿cómo decirle? mero plusvalor de tamaño. Un falso diogenista, ¿un diogenista invertido? ¿No sería, pensaban algunos, un nudista fanfarrón en el fondo? Que utilizaba ese truco para hacerse pasar por un anti-establishment, por un anti-statuquo. ¿Un exhibicionista lumpen? ¿Un cínico perruno que escuchaba a Hanglin? Bueno, todo es probable en este mundo. Este es el mundo de las mil verosimilitudes en acto, de la multiplicación de los panes de la conjetura, de las perspectivas en pacs, del todo vale hermenéutico y cuanto más y en simultáneo mejor. Y, obvio, todavía, del: cuanto peor mejor. Bueno, así. Si, me lo levanté. Quería probar. Las mujeres, hoy día, somos pesquisantes. Empíricas de la sexualidad compartida. Cultivamos a escala considerable el ensayo error de pareja y de manera acelerada. Tomamos todo esto como un trabajo de campo. Y este, era de pensar, daría un puntaje superlativo.
Un día Cuzuchoglu leía a William Burroughs y al otro el vecino encontraba una tanda de alas de insecto quemándose en el lavarropas, con chisporroteo y todo. Sólo algo para comenzar hasta que se me caliente un poco la sesera.
La cuestión era encontrarlo cuando tomaba el vino, como mal perro callejero que era se mordía la plata y con tres gambas al mes no le alcanzaba para las damas. Pero eso no era lo de menos, tuve que cruzármelo en el lavadero automático luego del Bartmizba del sobrino de la tía Susana García.
Esto fue para inicios de mayo si el horóscopo no me falla. Una que se llamaba como Blanca Cotta, pero que no era cocinera escribía en la revista del finde que tiran papel a lo loco, papel ilustración de 75 grs. al menos, pero al menos el horóscopo te lo mandan y aunque no hace la felicidad, ayuda.
Iba a que, a ver, bueno... en fin que lo conocí, para ser coherente con mi primer párrafo (que vendría a ser lo mismo que conmigo misma, ya que, se supone que estoy contando todo esto en primera persona a no ser que algo raro esté sucediendo) las mujeres conocemos y coleccionamos tipos, nos encanta hablar de los sentimientos y de cómo copulamos siempre con los sentimientos puestos como si fueran los aros, pero un filósofo, es otra cosa. Copulamos y no se puede sacar los pensamientos, la sustancia sesuda, la materia gris de la cabeza, ni de la boca, el tipo se mandaba y el grisú en la cara. Desmallada. Agente naranja, lléveme nomás, lléveme, soy inimputable pero quiero vivir la experiencia. Así me dije cuando lo vi mesándose las barbas frente a casa Bermúdez, no, qué estoy hablando, frente al Pez Volador y no es surrealismo es una librería.
En la peatonal después y enterarme el 26 del 5, un mes antes y con una empanada atragantada, que su primer mina la había desenterrado viva del régimen de Pol Pot, eso fue el inicio de que se me antojara.
Tengo un problema, no sé cuál, pero tengo uno. Alguno hay que tener y me pasa que cuando hablo, escribo. Y cuando e. (e llamo a “escribo”): pierdo el hijo. La verdad que a mí Cuzuchoglu no me gustaba ni medio, pero se decía que[1]… pero una, qué sé yo, bajaba monos como de un estante, monos de juguete, y no andaba con demasiadas vueltas: como decir: a mono regalado. Una onda así. Bue. Cuzuchoglu, Cuzuchoglo. Para remarcar. Que sea el asunto, el objeto de discur., no lo desviemos. Todo a la impasibilidad, todo al héroe.
Su familia tenía conexiones con la familia de la Dinastía Norodom; eso se sabía. Y fue drástico en su momento, pero como esto no tiene que ver con nada, lo borro. (Lo borra).
Lisandro había pertenecido al grupo de lectura Comisura Ka, los primeros en imponer la moda del haiku por stencil en Barrio Las Delicias, cual más cual menos todos salames. Hoy vistos. Pero Lisandro se empezó a cortar solo y, estando internado, tuvo como una revelación: una voz en off, una voz en off con expresión deforme se impuso desde el fondo amorfo de una nada infusa bisbisando un parlamento errático: “cuando sequen tus heridas – entendió él – vete de aquí: vete a la reverenda concha de tu putísima madre, reboluzado del orto”. La pucha, inteligió, él no era hombre de soportar impertérrito malas palabras insufladas gratuita e impunemente (ahora sí, ahora es todo lo contrario), es cierto…es cierto. ¡Es cierto es cierto es…!
Y sí era feo, y qué, qué, qué de qué. En la justicia no hay belleza y ahí están todos pidiendo justicia como pan del día pan caliente lacteado en la distribución social de la renta.
Y las mujeres para empezar a desanudar el merequetengue ¿merecemo? ¿nos merecemos elegantemente en la cama o superficie similar perfumada o como venga? ¿yo (finalizado en -o necesariamente o por ende de la deducción debe ser masculino) merezco, tú merece, él merece? y ella, o sea yo, que a partir de ahora comenzaré a usar en femenino, yo femenino= ya, (ya me cansé, ya no puedo más) escuchando los pajaritos. Me quería pegar un tiro y ser escopeta al mismo tiempo. Pero no se puede.
Como "ya" lo advertí sin manual de instrucciones que me advirtiese toda manifestación viene con su bombo a cuestas y no al vesre. Entonces en vez de un problema tendría dos, gemelos como para mediados de mayo del mismo año allá en el Tigre con la hinchada de Chicago que iba para el otro lado. El gordo petaca te preñaba con la mirada. Eso fue en el 94 y la alegría toda italiana.
Pero Cuzuchogle, toda otra hostia, a no ser que me saliera filósofo rocker y como carmelita poniendo pies en polvorosa. e.
Tengamos un sentido, tengamos un hijo, soy un satélite de Beto Casella y me meto los cuernos con mi marido: la más maravillosa música.
Ya no sé si a esto último lo escribí yo o yo. Recién hace tanto tiempo; en FIN. ¡Nooo, no, FIN, no! El misterio, secreto, de qué era Cuzu no lo puedo revelar yo ni saber, ni nadie; al cabo y FIN… mmh, ¿FIN no?, nadie lo sabe y ya no nos importa, lo hemos perdido todo, men. In corpore sano. Incorpore sano: fumar para escribir y escribir para fumar, me pasa que cuando voy al gym, salgo a correr y como sano, ya no leo o sea no escribo, ya pienso de nuevo en casarme otra vez, en los hijos los hilos, los hitos los hatos e hiatos comunes y silverter stallones de la vida silvestre. Dejo todo. Es al pedo, ñudo al que me fajen, que también me gusta que me; pero estoy slim slim che. Hoy con mis amigas salgo a la costanera, voy a Blue, paso antes por Bar del Mar, me acuerdo de cuando iba a Space - ¡qué grasa o gracia! - ¡qué alivio no tener que pisar el Festival de Poetisas! Y me olvido; perdono: a Lisandro Saúl Cuzochorlu, que ni pa objeto de discurso hoy sirve. ¿Qué queremos las yeguas? Payasos, pasta de campeón. Y si pinta: perder el hilo… pero ¡hablando! ¡hablando!... ablando pestes. En realidad ni me lo cojí. Y en verdad: menos.
Y qué nos importa: ante todo despreciar este engendro bagayoso o seguir mechando con lana tostada el chancho hasta que reviente de margaritas.
Sencillo.
Paso 1: se toma el chancho.
Paso 2: se cortan unas margaritas.
Paso 3: goto 1 en caso de que se haya escapado el chancho y skip 2.
Paso 4: goto el próximo casillero.
Paso 5: se toma la lana de una oveja y se la tuesta como usualmente.
Paso 6: se mecha el chancho, que también puede ser chancha.
(Acá se debería observar la expulsión pusilánime de las margaritas en forma dardada hasta el blanco del negro)
Paso 7: donde se fuma uno una colilla pisoteada del colillero.
Paso 8: hay que llegar al 10, aguantar, estirar el guión, ¿para qué sino estos 10 sencillos pasos para embutir la lana de margaritos mientras el engendrando revientatodo el tostabagay ante?
Paso 9: mmmmmh, ehhhhh acuerdo cuando era joven, era tan friqui
Paso 10: observar la obra, enmarcarla, instalarla, fama-dinero-invitar a alguien a tomar unos mates al yate.
Esto nos importa, y además esto que escribió Cuzito antes de dejarme el cojín bordado de su tía nona: "ojalá y este sacar el polvo sea hasta el hueso, ojalá y hasta yo y yo y todos los que podamos te recuperemos para la literatura y la poesía que el alma reside en el cuerpo como presencia espectral, vive en el recuerdo como presencia actual y se transmite en los textos, en la poesía como presente y presencia total. Tuyo, polvo y hueso. Cuzu"
[1] O bien (o mal): porque se decía que…